Sí.
Ya no se quién eres tú, me digo,
pero esta tristeza
no es una sorpresa,
ni es tan tristeza y sigo.
Ya no se como hablarte y canto
como hace el que reza
por una torpeza
que luego pesa tanto.
Por no deshojar amores flores de colores, sí.
Por no articular de facto silencio sin tacto, sí.
Ya no se deletrearme, y sigues,
cuando vive presa
mi naturaleza
y en mi cabeza escribes.
Por no acariciar futuros lejanos seguros, sí.
Por no prolongar posibles sueños imposibles, sí.
Ya no se quién eres tú, no mucho
y no me sabe a poco,
nada es lo que toco,
suena muy loco y lucho.
Atenas Grecia. 6/07/10
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